Parezco ser un reflejo de los acordes que se desvanecen con el viento, allí donde las brisas de tú aliento chocan con el deambular de mi alma, de repente el simpático sonido de una flauta embellece la noche y como si fuera poco facilita mi andar, pasan los segundos sin darme cuenta, es ahí en donde me detengo y dirijo al cielo mi mirada con delicadeza para no despertar a la luna de sus blancos sueños, en medio de mi movimiento encuentro tú cuerpo, tan sensual y amoroso como los pocos segundos de tú existencia, aun así sin serte infiel en mi rondan una singular sensación, pareciere que en esta dulce penumbra el encontrar y perder un amor es cuestión de tiempo y de tú mirada, en ocasiones el viento es nuestro mayor contrincante aun así la mística del reflejo de la oscuridad crea mayor interés y allí en donde la noche continúa subiendo su sensualidad con el agudo y candente sonido del saxofón.
El amor cada vez es más eternamente efímero, y en medio de esto mi lunática favorita cerro el ojo, solo veo tú parpado tan delineado como si fueras de conquista, todo esto me conmociona no tengo reloj pero de todas formas miro la hora, sí son las 2 am y sin previo aviso entra la percusión con miles y miles de sonidos visuales que parpadean junto con mi corazón, aquellas son señoritas, a todas las amo por igual y ellas no siente celos, solo quieren entrar todas al mismo tiempo en mi pequeño pero atento iris, ¿tan anhelado no? en fin solo el pasar de las huellas deja que ese amor quede postergado otra bella noche más, así es como termino, buscando que mis parpados cierren y que mi mirada se dirija más allá de mis sueños, de mis realidades internas, buscando un amor que solo parece resurgir con el abrigo de la noche y los acordes de una guitarra que espera ser tocada, que le hacen el amor, un amor tan puro como cuanta canciones y pensamiento hallan.
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