Las nubes la acarician, los arboles la arropan entre sus ramas y las montañas resguardan tú belleza mientras esta danza oculta, luna, es así como tú brillo se comienza escapar sin el sol ocultarse, sutilmente difuminada en el firmamento, firmamento que se transforma en un degradé de visiones y sensaciones, que en este lugar del planeta es un delicado trazo entre las cordilleras y el cosmos.
Noche que inicia iluminada por tú mirada, yo tú árbol lunar extiendo mis raíces para profundizar mi pensamiento, es el ritmo que advierte nuestra cadencia; siendo este consecuencia de movimientos silenciosos que ramifican miles de reflexiones desembocando en meditación lunar, meditación que crea seducción.
Dulce atracción en metamorfosis; la neblina deciente despejando el pensamiento y el firmamento, es cuando mis ramas cortejan la luz solar con su baile ritual de infinito desafío a la gravedad, ganándole a diario unos cuantos centímetros, tal cercanía he alcanzado del espacio que robándose historias y versos de mis ramas el viento logra elevarse un poco más para susurrarle suavemente: pienso en ti como la dulzura de mi vida, para estar abrigado por tu inspiración y decir que eres un bello lunar brillante en la piel del universo.